Ahora que pasaron unas cuantas horas, me percato de la fluidez con que fuimos llevados de un tema al otro indagando e incorporando conceptos de todo tipo y de todas fuentes, respecto a lo que realmente significa
LA FOTOGRAFÍA hoy respecto al
ayer y el lugar -con suerte consciente- en el que nos pararemos respecto al
mañana.
Particularmente me quedó dando vueltas la cuestión de la pérdida de registro de un ALGO del mundo real hacia un utópico "perfecto/feliz" inexistente.
::esto del utópico "perfecto/feliz" va cargado con cuestiones que me vienen dando vueltas por la cabeza en crítica a la falta de ética en la publicidad::
Se desprendió el asunto del uso de palabras tales como DOCUMENTO y MEMORIA en cuestiones que, por sus características de mutabilidad, no debieran merecerlo. Más aún, el potencial peligro que la transformación del registro implica para la historia.
Y aquí no puedo evitar recordar la destrucción de documentos y manipuleo de la información ejercidos con plena naturalidad en el
1984 de George Orwell.
Sería ridículo de mi parte dejar implícito que hasta el advenimiento de lo digital esto no era posible, pero lo que es innegable es que al menos da lugar a una exacerbación de este accionar.
Siendo que estamos inmersos en un río cada día más caudaloso e imposible de remar en contra -
un cambio de paradigma- creo que la pregunta que me queda picando es ¿cómo hacer para que la digitalización, en lugar de ser un peligro, se mantenga en herramienta beneficiosa?