bitácora de DAV 1, cát. Campos-Trilnick, comisión Karin Idelson

28.5.10

te pe 2 - autoevaluación

Bueno, ¿por dónde empezar?

La apuesta de este trabajo se triplicó con respecto al anterior: no solo la elección del lugar y su mejor lado, sino que abordar a un OTRO y formar opinion sobre alguna característica que nos llamara la atención, para que funcione como hilo conductor.
En la práctica, me resultó diez veces más complejo de lo que se despega de las anteriores líneas.
Implicó retratar a un otro con quien:
NADA tengo en común,
la comunicación resulta muy dificultosa -en ambas direcciones-,
los horarios no coinciden,
no hubo límites muy claros de hasta dónde sí y hasta dónde no,
no hubo códigos correspondidos,
and so on...
Todo esto -lejos de pasarme por el costado- me mantuvo en un constante estado de Analisítis aguda (?); al punto de experimentar preciosos estados de caos latentes que por lo que estuve husmeando PUEDE que tengan algo de reacción-contratransferencial:
"el analista reacciona ante su paciente como si éste fuese una persona importante de su propia historia vital y no es capaz de detectar a tiempo que ello está ocurriendo" según Ralph Greenson en Wikipedia
"La angustia en el analista (frente al paciente) se ha tomado por común denominador de todas las reacciones contratransferenciales" (...) "No es seguro permitir que manifestaciones contratransferenciales, por más sutiles que sean, se deslicen sigilosamente en el clima interpersonal. El analista debe reconocer y dominar tales reacciones." según F. Alexander dentro de artículo de Lucía E. Tower

[ Vale aclarar que en esto juego las veces de "analista" sin serlo y que "paciente" viene a ser mi sujeto de análisis, lease: Johanna. ] 

-----

Respecto al proceso en sí del trabajo, fui pasando por diferentes etapas:

1) Me dió alergia el tema de los medicamentos, el hospital y las enfermedades e intenté encararlo por su fascinación por el chocolate y el sueño de que la aplaudan "por algo" estando en un esenario. Tenía en mente una imagen que en algún momento desarrollaré pero que no llegó más que al esbozo del boceto mal garabateado.

2) Todavía un tanto negada a meterme con the topic, fui en busca de alguna punta nueva que dijera lo que sus palabras no, e intenté -disparada por una imagen de Lichtenstain que andaba dando vueltas por su casa- tomar detalles en ella que le correspondieran.

3) En la tercer sesión busqué unir diferentes puntas sin mucha idea de lo iba a dar como resultado el revuelto: el lugar de su TP1 (el baño del Alto Palermo), su gusto por el animal print, los medicamentos que toma (SÍ: finalmente deglutido como opción viable) y una estética kinda pop. Surgieron imágenes interesantes.

4) Fui a otro baño de shopping -uno del Paseo Alcorta- que acompañara un tanto mejor la estética, con la idea de mantener cierta semejanza con el aproach anterior pero saliéndome de las imágenes dignas de una publicidad de Narcóticos Anónimos (como bien me marcó Juan) de la anterior serie. En lugar del animal print, fue rosa. Busqué mostrarla muy en coqueta y en feliz y en rosa rosa rosa, haciendo con el asunto medicamentos imágenes desde reflejos no del todo nítidos, obtenidos en las mismas paredes del cubículo del baño.
Hice con estas imágenes mi primer intento de videominuto, haciendo uso de cierto frenesí desquiciado que buscaba poner en jaque esta supuesta FELICIDAD, deformándola y haciendo resaltar el asunto de las pastillas. No se qué tanto esto último fue claro. De por sí no quedé muy conforme luego de ver esta edición en clase... me fui algo a la mierda con el montaje y por alguna razón lo sentía muy poco ligado a mí, muy poco propio.

5) Atando diferentes reacciones, actitudes, posturas y situaciones de Johanna; tejí una imagen diferente con más profundidad de la que venía logrando. Intenté, en esta quinta sesión, retratarla desde mi proceso personal de acercamiento para con ella; de ahí el inicio del video con el rosa, el animal print, la cosa de muñeca, para pasar a imágenes bien chocantes, con una luz y un fondo bien neutros, un vestuario lo más serio/militar/seco posible, encuadres casi policiales y miradas a cámara que de forma natural acompañaban toda esta segunda estética. Las pastillas y los medicamentos no me parecieron pertinentes para esta nueva idea.
Me empecé a sentir más cómoda con los resultados.

6) Y fue la inmunosupresión el disparador final.
El pánico de caer en lugares fáciles (el alcohol en gel o el vaso no compartido) me llevó a otro lugar que quizás también lo sea, pero que como metáfora y desde la estética, me cerró bastante: la máscara de oxígeno. Elegí retratarla con la misma en un zona muy transitada (Cabilo y Juramento), con un clima frío que diera idea de asepsia, sin manejar el vestuario y manteniendo esta durísima mirada a cámara antes descubierta.
La primer edición fue en busca de mostrarla contrastada con su entorno, a distancia del resto pero entre ellos y, sin más, deambulando por la ciudad.
En la segunda, le dí un sentido específico a la llamada y puse en juego nuevamente a los medicamentos. Eliminé fotos, agregué otras y varié orden y duración de las tomas en busca de un sentido acorde. Resumí su interpelación con el espectador en la foto que encontré más explícitamente dura. Me informé sobre el qué y para qué de todos los medicamentos que toma e incluí esta información en placas.
La tercer y última edición fue un hilado fino de la anterior: busqué hacer del todo clara la llamada anónima con el "quién habla?", ajusté el asunto de las placas explicativas de medicamentos para que denotaran su fuente y ajusté un cachito más las duraciones y momentos de sonidos e imágenes.

Respecto al porqué de la llamada anónima ver acá .

Finalmente puedo decir que -conflictos de por medio y con los elementos a los que ello me restringió- me quedé a gusto con el resultado alcanzado. Implicó mucho proceso y análisis y creo que, si bien el asunto máscara podría haber sido re-elaborado, la idea es bastante clara y el producto final deja cierta sensación de tensión abierta en el espectador.


No hay comentarios:

Publicar un comentario